lunes, 9 de abril de 2012

Campañas Políticas y la Falta de Políticas…

Desde principios del año 2012, los ciudadanos en México hemos tenido que aceptar, a regañadientes, dentro de la programación de los medios masivos de comunicación, mantas espectaculares, paredes y varios impresos, la inclusión de anuncios publicitarios con fines electorales; aún cuando no era tiempo oficial de campaña.

Sin embargo, hoy en plenas campañas, nos asombra la pobreza en las propuestas de los ungidos por las diferentes organizaciones políticas, de los que podemos comentar: repetición de ideas que dieron limitados resultados como propuestas de ley, reconciliaciones sociales por acciones pasadas, un estéril conocimiento de las actividades productivas del país como solución al problema económico y, un ataque directo contra quienes han contribuido a la construcción de este país.

Es a éste último caso al que quiero referirme, sin pretender con esto, una postura de cualquier tipo, sino más bien, un análisis de la situación actual que guarda la educación en México.
Hace ya varios sexenios que el tema de la educación se ha ocupado como bandera de campañas políticas, se ha pretendido también a ésta, como pilar del desarrollo del país, resaltando las extraordinarias inversiones que se han hecho en diferentes rubros con el objetivo de impulsarla y transformarla, siempre reconociendo su importancia y alzando la voz a todas latitudes las acciones realizadas durante el sexenio que se transita.

Actualmente, después de que nuestra nación se incluyera en organizaciones globales donde se exige a sus fuerzas productivas altos niveles de desempeño, y de participar en las evaluaciones que éstas mismas organizaciones promueven, y que utilizan como mecanismos para medir la capacidad de crecimiento económico presente y futuro; se cae la escena por la que se nos había presentado una serie de avances como resultado de las diversas reformas a nuestro sistema educativo, pretendiendo ahora encontrar culpables.

Con base en lo anterior, pareciera que lo realizado hasta el momento en materia educativa ha sido inútil e insuficiente; donde la participación de los medios masivos de comunicación presentan partes de la realidad, tergiversada y manipulada; pretendiendo usarla como medio para descalificar el trabajo diario de más de dos millones de mexicanos, donde según muchas opiniones y puntos de vista, esto tiene un trasfondo más profundo de lo que se visualiza: la eliminación de organizaciones magisteriales en su papel de agrupación de trabajadores, el debilitamiento de éstas mismas como fuerzas políticas y quizás la más descabellada, pero no descartable, idea de desaparición de la educación pública, para pasar a convertirla en negocio, en una mercancía, que ya ha dado altos dividendos a diversos empresarios.

Luego entonces, cabe hacer un alto y un sencillo análisis de la situación que guarda actualmente la educación en México; se sataniza la compra o herencia de plazas de maestros, se habla de manera alarmante de los resultados de insuficiencia de los alumnos de todos los niveles educativos, de un calendario lleno de suspensiones laborales, se mencionan a ocho columnas las huelgas del magisterio y de cómo estas afectan a nuestros hijos; entre otras opiniones, expresadas por políticos quienes se dicen expertos en la materia o por quienes sin escrúpulos, las utilizan para llamar la atención a falta del trabajo que le compete.

Si bien es cierto que el sistema educativo en México adolece de muchas cosas, hay que recordar que muchos de estos vicios no surgieron ayer, sino que han sido parte de un proceso, de una cultura, de una política, que hoy se pretende olvidar. La compra-venta o herencia de plazas de maestro es una realidad que no terminó con el examen de oposición para ingresar al servicio docente, estipulado en la Alianza para la Calidad de la Educación y que hoy se menciona como la panacea que dio solución a ésta situación. Para quienes conocemos el medio, sabemos que la realidad es otra, que los maestros con vocación tienen que acudir a esta práctica para hacer realidad su sueño, el de estar frente a un grupo, dando lo mejor de sí, hablando lo mejor posible de un sistema que les oprime, que les exige, que les exhibe y que sin embargo, defienden, como modus vivendi. Que hay quienes por relaciones de amistad, compadrazgo o interés político tienen plaza de maestro y cobran sin la menor vergüenza, descalificando el trabajo de esta noble profesión, y que además no aparecen en los noticieros, ni en los informes, de ellos no se habla.

En cuanto a los resultados de insuficiencia de los alumnos se culpa únicamente a uno de los actores del proceso educativo; lo que no se habla es de la deficiente alimentación que reciben, de la desintegración familiar a causa de la política económica, de la deficiencia en la infraestructura; de esta última, podemos mencionar telesecundarias sin televisor, sin energía eléctrica, sin sillas, sin lo más mínimo para el trabajo académico, apenas el libro de texto y un profesor que comparte esas carencias.

De los medios de comunicación y la cultura del consumo ni hablar, pareciera que ellos tienen la batuta de la orquesta de los temas nacionales, pareciera que ellos, nos dicen con su estéril y aculturada programación cómo hemos de comportarnos, que temas sin contenido debemos rumiar todo el día: que los productos de moda, la música, la vestimenta, de la masificación al miedo y de reiterarnos constantemente que estamos mal, a tal grado que ya nos lo hemos creído.

De esta manera, podríamos seguir dando ejemplos y haciendo análisis de este tema; sin embargo, lo que pretendemos es hacer notar que, cercanos al día en que los ciudadanos practiquemos uno de los ejercicios de la democracia, como lo es la elección de nuestros representantes; lo único que se vislumbra es la falta de propuestas políticas, es decir, que tiendan a convertirse en política pública. No vemos por ningún lado una verdadera propuesta política en materia educativa, que guíe los rumbos de nuestro país para los próximos años, claro está que en nuestro contexto, ya no podemos hablar de una política pública para seis años; lo que necesitamos para superar todos los vicios y malas prácticas que hoy nos desacreditan, es un plan de largo alcance que contemple todos los aspectos que nos permitan asegurar el crecimiento nacional e internacional.

No sólo requerimos de una política, sino de políticos capaces, con visión de futuro, con memoria histórica, con espíritu nacionalista, con conciencia del papel que desempeñan, multiculturalita, humanitario, pero con una posición clara y abierta al momento de tomar decisiones. Requerimos de una política pública y de políticos que no busquen culpables, sino soluciones y alternativas con carácter inclusivo, donde todos participemos en la construcción de esta gran nación, del México del siglo XXI.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

La educación en Veracruz ¿hacia dónde?

En días pasados se dieron a conocer los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), en los cuales, como ya sabemos; no nos fue tan bien.

De estos resultados habla el Secretario de Educación en Veracruz, Lic. Adolfo Mota Hernández, quien en sus declaraciones a diversos medios de comunicación únicamente exclamó que: “somos los menos malos de los peores” a nivel nacional.

De este hecho, nos llama la atención a los que nos interesa la educación en Veracruz y en México, que nuestras autoridades, se tomen con tanta ligereza el diagnóstico emitido por este organismo internacional, justificándose que se trata de una prueba estándar, que no se ha ajustado a la realidad de las escuelas en México. Lo cierto es que, independientemente de las críticas y los análisis técnicos, pedagógicos, didácticos, sociales, etc., la prueba PISA, nos muestra una realidad que no hemos querido reconocer, a sabiendas que nuestros estudiantes egresan sin cubrir el mínimo de conocimientos para la vida laboral o, en el menos malo de los casos, parafraseando a Mota Hernández, para la vida académica superior, donde también hay un sin número de profesionistas escasamente preparados engrosando las filas del desempleo.

Ya el pasado 19 de octubre, con motivo del 50 aniversario de la creación de OCDE, el Presidente Felipe Calderón Hinojosa, declaró que se implementarán las recomendaciones emitidas en materia educativa como resultado de la firma del Acuerdo de Cooperación México-OCDE para la Mejora de las Escuelas Mexicanas. En el documento Mejorar las Escuelas: estrategias para la acción en México, el organismo dirigido por el mexicano José Ángel Gurría hace quince propuestas para superar los pobres resultados que ahora se conocen.

Hacer énfasis en los escasos resultados de los alumnos y tomarlos como indicadores del funcionamiento del sistema educativo, nos obliga a mirar hacia el magisterio, a quien se le otorga la categoría de ser la solución y la raíz del problema al mismo tiempo. Desde esta perspectiva, se pone en desventaja a un sector olvidado en las últimas dos reformas educativas, donde se le ha considerado un mero aplicador del programa y, que ha sido abandonado por sus representantes sindicales, dejando que cada día se vulneren sus derechos laborales.

Hay que reconocer que las estrategias emprendidas hasta el momento no han arrojado los resultados esperados, ejemplo de ello son los procesos de selección y contratación de maestros, los cuales, se han visto corrompidos, donde la influencia de las agrupaciones sindicales sobrepasa los objetivos por los cuales fueron creadas, a tal grado que en ocasiones, determinan éstas, los procesos, métodos e instrumentos para la contratación de los maestros.

Otro aspecto importante que se tendrá que estudiar de manera exhaustiva es la carga administrativa para los docentes, la cual, se ha venido generando con cada “reforma educativa” y “programa innovador”, donde los maestros sólo las ven manifestadas en nuevos formatos que llenar, información duplicada y reiterativa que se les solicita cada inicio, intermedio y fin de cursos; desviando su atención, dejando muchas veces los grupos sin asesoría y en el peor de los casos, los lleva hasta la suspensión de las clases. Por si fuera poco, al incumplimiento de estas tareas el maestro es sancionado, señalado y afectado en sus pocos ingresos.

Podemos seguir mencionando ejemplos de aspectos débiles en la educación, los cuales están a la orden del día; pero no es nuestra intención encasillarnos en decir que todo está mal. Lo que pretendemos es manifestar que como ciudadanos estamos pendientes de las condiciones en que se prestan los servicios de educación para nuestros hijos; que estamos dispuestos a participar en un verdadero proceso de innovación educativa; que reconocemos que la educación es el camino hacia el desarrollo y el progreso.

Para la educación en Veracruz, se pronostican tiempos difíciles si nuestras autoridades no asumen su responsabilidad y; la ciudadanía, como siempre, pagaremos muy cara la factura en un futuro no muy lejano, donde con un bajo perfil de egreso de nuestros estudiantes lo único a lo que podemos aspirar es a más pobreza, más desigualdad social, más desempleo e inseguridad.

El reto está en la mesa, hay que reconocerlo, analizarlo, estudiarlo, comentarlo, debatirlo, ponerlo en la opinión pública y hacer propuestas; ya hay avances y contamos con el mejor de los aliados, el maestro. Ojalá, que a la hora de la toma de decisiones para la elaboración de las políticas públicas que nos guiarán los próximos seis años se invite al diálogo a todos los protagonistas, y por qué no, también a los que no lo somos.

martes, 16 de noviembre de 2010

lunes, 23 de febrero de 2009

NOTAS SOBRE LOS LIBROS DE TEXTO GRATUITOS

El pasado 12 de febrero se cumplieron 50 años de la fundación de la Comisión Nacional de Libros de Texto gratuitos (CONALITEG). En este marco, presentamos algunas notas interesantes que merecen ser mencionadas con motivo de este aniversario.

Sin lugar a dudas, la edición y publicación de los libros de texto gratuitos (LTG) han significado para México un importante avance en contra del analfabetismo y de lo que ahora se denomina educación para todos. Pese que ha este respecto haya un sinnúmero de opiniones encontradas y, que en este caso, nos referimos a algunos aspectos históricos, sin pretender soslayar otros.

Desde esta perspectiva, partimos de algunas interrogantes: ¿Cuál era el contexto educativo en que surgen los LTG?, ¿quién o quiénes eran los encargados de su edición y distribución?, etc.

Para dar respuesta a estas interrogantes hemos revisado nuestras notas y encontramos que, siendo Presidente de la República Adolfo López Mateos, en febrero de 1959, se aprobó la propuesta del secretario de Educación Jaime Torres Bodet para que el Estado editara y distribuyera en forma gratuita libros de texto y cuadernos de trabajo para todos los alumnos que cursaran educación elemental. Como respuesta al cumplimiento del Art. 3º Constitucional donde se estipula la gratuidad de los servicios educativos.

Además de la propuesta anterior y de otros importantes proyectos plasmados en el “Plan de Once Años”, Jaime Torres Bodet había desarrollado otras importantes aportaciones a la educación en México: la Campaña Nacional en contra del Analfabetismo, la creación del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, la publicación de la Biblioteca Enciclopédica Popular, la creación del CAPCE, comité encargado de la construcción de escuelas; que también merecen ser recordados, estudiados y analizados.

Por la importancia que representaba el nuevo organismo, fue duramente cuestionado, el cual tuvo como titular al novelista revolucionario Martín Luís Guzmán, seguido por un secretario general, seis vocales, 12 colaboradores pedagógicos y cinco representantes de la opinión pública que, en esa ocasión, fueron nombrados de entre los directores de los principales periódicos de la capital: La Prensa, Novedades, Excélsior, la cadena de García Valseca y El Universal.

La CONALITEG y los LTG desde su origen, como mencionamos líneas arriba, han generado diversos debates: su obligatoriedad, el laicismo que promueven y, definir quiénes han de intervenir en su elaboración, etc. En este último, cabe mencionar la participación del magisterio que ha sido amonestado y soslayado en las innovaciones del sistema educativo nacional, en este caso los LTG.

Al respecto Cecilia Laine (2001), hace referencia a las medidas implementadas por la secretaría de Educación Pública (SEP) para quienes boicotearan el proyecto.

"Los maestros que trataran de impedir el uso de los LTG editados por la SEP se exponían a cárcel, multa, destitución e inhabilitación para desempeñar puestos públicos; las escuelas particulares no escapaban a las sanciones, pues se les recordaba que la SEP podía retirarles la concesión que les había otorgado". (p. 4)

Hoy, no es diferente, los maestros siguen siendo minimizados, desplazados y olvidados, ejemplo de ello es la llamada “Alianza por la Calidad de la Educación”, signada entre el sindicato nacional de trabajadores de la educación (SNTE) y el Gobierno Federal, representado por la SEP.

En este marco, resulta imperativo mencionar el caso de “El Modelo Renovado de Telesecundaria”, en cuyas acciones se encuentra la edición de nuevos títulos, donde una vez más los maestros han sido relegados, propiciando con ello un gran número de dificultades, respecto al manejo de los contenidos y métodos plasmados en ellos.

Otro aspecto que no podemos olvidar es el técnico, en este caso, nos obliga recordar el primer tiraje que se editó, en cual constó de 16 millones, los cuales se imprimieron con gran dificultad, pues las herramientas que se utilizaron para elaborarlos, en aquel entonces, no tenían la capacidad de producción necesaria. Lo que si se tenían era una gran voluntad de proporcionar a los niños de México sus materiales educativos, por lo que el gobierno tuvo que recurrir a imprentas privadas de periódicos y revistas, así como pequeños talleres para entregar en tiempo y forma estos importantes instrumentos .

A 50 años de su aparición, se requiere que las autoridades educativas implementen mecanismos pertinentes que garanticen las aportaciones de todos los actores que tienen que ver con la educación, incluidos, los maestros, en el diseño, planeación y edición de los LTG.

lunes, 2 de febrero de 2009

La pedagogía y sus licenciados

Roger Díaz De Cossío

El tema que escogí para esta primera contribución, es uno sobre el que no sé prácticamente nada: la pedagogía y sus practicantes. No sé lo que hace o debe hacer un pedagogo, aunque estoy seguro de haber conocido a muchos, que puedo confundir con maestros. Empecé, como siempre hago, por las definiciones del Diccionario de la Lengua Española. Luego me puse a buscar en los archivos de la UNAM y de la Dirección General de Profesiones. Según el Diccionario: “pedagogía 1. Ciencia que se ocupa de la educación y la enseñanza. 2. En general, lo que enseña y educa por doctrina y ejemplos; pedagogo, ga 1.Persona que tiene como profesión educar a los niños. 2. Persona versada en pedagogía o de grandes cualidades como maestro. 3. En casas principales, persona que instruye y educa niños. 4. Persona que anda siempre con otra, y la lleva a donde quiere o le dice lo que ha de hacer.”

¡Sorpresa! ¡Sorpresa! El Diccionario dice que un pedagogo debe ser un gran maestro y por otra parte dice que la pedagogía es una ciencia, cosa que pongo en tela de juicio. El propio diccionario define ciencia como: “Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales.”

De la pedagogía no se ha derivado ni se derivarán leyes generales por la simple razón de que su corpus no es sistémico y se aplica como a cada quien le conviene entenderla.

Veamos ahora unos cuantos planes de estudio de la carrera de pedagogía que se imparten en la UNAM, mi alma mater. Se ofrecen tres licenciaturas en pedagogía, una, en Ciudad Universitaria que comenzó en 1966. La segunda en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, y empezó a impartirse en 2002. Finalmente, hace poco, en junio de 2006 se inició otra licenciatura en pedagogía en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.

Según los planes de estudios aprobados, en la Facultad de Filosofía y Letras de Ciudad Universitaria, “el pedagogo es el profesional que, con una sólida formación humanística y sociológica, analiza el contexto social, económico, político y cultural en que se encuentra la educación nacional, así como sus fundamentos filosóficos y políticos para la solución de los problemas que ella entraña”; en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, “El pedagogo es el profesional que está capacitado para planear, programar, supervisar y controlar las actividades de formación pedagógica”, en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán: “el licenciado en Pedagogía es el profesional que estudia integralmente la educación con la finalidad des describir, comprender, explicar, evaluar e intervenir para el fortalecimiento y mejora de los procesos educativos. Desarrolla su práctica profesional en los ámbitos formal y no formal y fundamenta su acción pedagógica en conocimientos, habilidades y actitudes propias de la profesión. Es capaz de desarrollar habilidades de docencia, orientación educativa, educación permanente, y capacitación, administración y gestión educativa, desarrollo curricular, comunicación educativa e investigación educativa en instituciones públicas o privadas o por ejercicio libre de la profesión, atendiendo las distintas orientaciones de la práctica profesional que éstas implican”

¿Qué les parece, mis lectores? ¿Sabemos ya lo que es un pedagogo o un licenciado en pedagogía? Lo que está muy claro es que no se quieren confundir con un simple y humilde maestro de grupo y en los planteamientos de las carreras se trata por todos los medios de que no fueran a parecerse.

Después, durante ocho semestres los alumnos están sujetos a ristras de materias, entre las cuales están: historia de la educación en México, didáctica general, antropología filosófica, conocimientos de la adolescencia y de la infancia, ética profesional del magisterio, filosofía y psicología de la educación, estadística (la única de matemáticas) y muchas otras. Imaginen ustedes cómo quedan los cerebros de los alumnos. ¿En qué van a aplicar lo que saben?

Examiné someramente los planes de estudio de las escuelas normales y no se parecen en nada a los de pedagogía. Los futuros maestros tienen la ventaja de tener prácticas docentes porque saben que van a enseñar frente a grupo. Los pedagogos, no.

Finalmente, en los registros de la Dirección General de Profesiones encontré los siguientes datos:
Licenciados en pedagogía con título profesional: 815 en 2000; 2,892 en 2006, y 3471 en 2007. En otras palabras, han crecido como la espuma. En siete años aumentó más de cuatro veces el número de titulados con registro en profesiones.
En 2007 existía la licenciatura en 131 instituciones de educación superior, de las cuales 34 eran escuelas normales superiores que ofrecían pedagogía a profesores de secundaria.

Veintisiete instituciones tuvieron un solo titulado. La Universidad Veracruzana fue la que produjo más titulados en 2007: 591. Le sigue la UNAM con 444, en su carrera más antigua, la de la Facultad de Filosofía y Letras. Aragón produjo un titulado y Acatlán todavía ninguno porque comenzó en 2006.

¿Por qué ha crecido tanto el número de licenciados en pedagogía? Creo que porque la carrera de maestro se ha ido cerrando en todo el país y la gente piensa que ésta es una buena aproximación para conseguir trabajo en extensos sistemas educativos, además de que la carrera no es tan dura como la ingeniería o la medicina. Pero en fin, esto es sólo una hipótesis. Me gustaría que me escribiera algún pedagogo que haya reflexionado sobre su profesión.


Fuente:
DÍAZ DE COSSÍO, Roger. (2009, enero) La pedagogía y sus licenciados. Este País. Número 214, 44-45. México.

jueves, 29 de enero de 2009

SITUACIÓN CONTEMPORÁNEA DEL DOCENTE: RETOS Y PERSPECTIVAS

La dinámica actual, la convivencia en el sistema educativo, junto con la configuración laboral y las nuevas condiciones socioculturales de los alumnos arrebatan la identidad del maestro, planteando nuevos retos en su labor.

Ser maestro en los nuevos escenarios donde abundan la pobreza, la exclusión social, el surgimiento de nuevas configuraciones familiares, en el marco de las transformaciones culturales y, de las nuevas tecnologías de la información y el conocimiento (TIC's), representan una oportunidad para que los maestros redefinan sus objetivos, asuman el control de su práctica y recuperen su papel protagónico dentro de la sociedad.

Desde esta perspectiva de cambio e innovación trataré brevemente tres aspectos: en primer lugar, el espacio donde se considera al docente como elemento clave en la transformación educativa; en seguida, cuando es interpelado al momento del diseño de las políticas públicas educativas, de los planes y programas, ya sea que se les ubique como ejecutores, mediadores de lo planificado por los “expertos” o, en calidad de protagonistas activos y reflexivos de la transformación; y, al mismo tiempo, enfatizar la existencia de una corriente hacia la indiferencia, por un gran número de ellos.

Sin lugar a dudas, la importancia del rol que el maestro juega dentro del proceso educativo sigue siendo imperativa, resultando ser en los programas emprendidos el principal protagonista, por un lado, y por otro, desde la percepción de la sociedad, el modelo a seguir por sus alumnos; transmitiendo a éstos una importante cantidad de valores, modelos de conducta, formas de pensamiento, de interpretación de la realidad y, de aspectos sociales, económicos, culturales, políticos, ideológicos, religiosos, afectivos y académicos.Y, dentro del plano social, el maestro sigue siendo un referente obligado para la gestión, la innovación y, el cambio político, material y social.

En México, por tradición, el maestro juega un amplio número de roles que van desde el de “consejero emocional” de padres y alumnos, “asesor comunitario” en cuestiones legales, “promotor de la salud”, entre otros, hasta el de “referente político”. Situación que representa una gran responsabilidad, compromiso, y que trae consigo obligaciones extracurriculares, pero también la oportunidad de recuperar el espacio perdido. En segundo lugar, sabemos que la transformación requiere de nuevos modelos, de nuevas formas de enfrentar la evolución social y económica que nos ha traído la globalización, a través de una educación de calidad, o la evolución de nuestro actual sistema educativo.

En respuesta a lo anterior, los tecnócratas de la educación en las últimas décadas, se han dado a la tarea de diseñar y en ocasiones de adaptar modelos provenientes de otras latitudes del globo, algunos impuestos por la adopción de modelos económicos y políticos, y otros, por el compromiso de cumplir con estándares internacionales. Lo cierto es que en esta carrera por la “certificación”, se ha soslayado el papel de la sociedad, del contexto socioeconómico, de la cultura y especialmente de los maestros, generando problemas durante el proceso de diseño, implementación y ejecución de planes y programas.

Uno de los grandes retos ahora, es la formación permanente de los maestros, de tal manera que les permita enfrentar dignamente estas transformaciones. Y, nuevamente nos enfrentamos al dilema clásico, el cual marcará la dirección sobre la cual han de dirigir sus acciones: ¿Se debe capacitar a los maestros profundizando en contenidos o en herramientas educativas? Dicho dilema ha contribuido a que los trabajos hasta ahora emprendidos no hayan aportado los resultados esperados.

También, el conjunto de acciones que se pretende emprender pueden considerarse como lo señala con ironía Michael Fullan (2000:122) que “la educación del profesorado tiene el honor de ser al mismo tiempo, el peor problema y la mejor solución de la educación”. Uno de los avances en este aspecto, lo podemos encontrar en la primera línea de acción del Acuerdo Número 384 que establece el Nuevo Plan y Programas de Estudio para la Educación Secundaria, donde se propone “El desarrollo de un amplio programa de información, capacitación y asesoría técnico-pedagógica para docentes y directivos”. Publicado en el Diario Oficial de la Federación con fecha 26 de mayo de 2006. Por último, otro de los retos a superar es la creciente indiferencia de algunos docentes para participar en esta transformación. Situación que se ha venido generando a través del tiempo, fortalecida por elementos políticos, económicos, religiosos, curriculares, e ideológicos, entre otros. Uno de ellos es el llamado “isoformismo”, definido por Davini (1995) como “la escasa distancia lógica curricular e institucional del instituto formador y la del nivel educativo para el que se forma”. Por ejemplo, es fácil encontrar un gran número de profesionistas de diversas áreas y niveles impartiendo formación básica, a los que poco o nada interesa cooperar en la transformación educativa. También, no podemos soslayar la llamada “endogamia” que se define como “la dificultad de abrirse al entorno, de trabajar en forma articulada con otras instituciones, con la comunidad” y “la imposibilidad de nutrirse de otros circuitos, campos y centros de producción del conocimiento”.

Estos tópicos representan la oportunidad para que los maestros se reintegren al debate de los temas educativos, desde una postura crítica-propositiva, asumiendo el porcentaje de responsabilidad que les corresponde, respecto a la formación de las nuevas generaciones. Conviene mencionar el polinomio de la educación: alumnos-docentes-autoridades educativas-padres de familia y, en los últimos tiempos se resalta la importancia del contexto, sea este: la familia, la escuela, el barrio, la colonia, la comunidad e incluso la ciudad.

Precisamente, es en estos aspectos donde han de dirigirse los esfuerzos pedagógicos de éste siglo, según expone Giroux (1994): “los educadores no podrán ignorar la dura cuestión que las escuelas tendrán que enfrentar respecto a temas de multiculturalismo, raza, identidad, poder, conocimiento, ética y trabajo”. En este contexto, la labor docente adquiere el valor de categoría primordial para el desarrollo. Constituyéndose como un elemento clave por excelencia, imperativo en la competencia por la economía y la transformación de la vida diaria. Los aspectos hasta aquí mencionados más que problemas representan oportunidades pedagógicas para los maestros, las cuales, procesadas adecuadamente contribuyen al gran proyecto de transformación educativa que se ha iniciado ya, y de la cual los maestros no pueden hacer caso omiso.
Texto publicado por primera vez en: http://perseveranciac.blogspot.com/