lunes, 23 de febrero de 2009

NOTAS SOBRE LOS LIBROS DE TEXTO GRATUITOS

El pasado 12 de febrero se cumplieron 50 años de la fundación de la Comisión Nacional de Libros de Texto gratuitos (CONALITEG). En este marco, presentamos algunas notas interesantes que merecen ser mencionadas con motivo de este aniversario.

Sin lugar a dudas, la edición y publicación de los libros de texto gratuitos (LTG) han significado para México un importante avance en contra del analfabetismo y de lo que ahora se denomina educación para todos. Pese que ha este respecto haya un sinnúmero de opiniones encontradas y, que en este caso, nos referimos a algunos aspectos históricos, sin pretender soslayar otros.

Desde esta perspectiva, partimos de algunas interrogantes: ¿Cuál era el contexto educativo en que surgen los LTG?, ¿quién o quiénes eran los encargados de su edición y distribución?, etc.

Para dar respuesta a estas interrogantes hemos revisado nuestras notas y encontramos que, siendo Presidente de la República Adolfo López Mateos, en febrero de 1959, se aprobó la propuesta del secretario de Educación Jaime Torres Bodet para que el Estado editara y distribuyera en forma gratuita libros de texto y cuadernos de trabajo para todos los alumnos que cursaran educación elemental. Como respuesta al cumplimiento del Art. 3º Constitucional donde se estipula la gratuidad de los servicios educativos.

Además de la propuesta anterior y de otros importantes proyectos plasmados en el “Plan de Once Años”, Jaime Torres Bodet había desarrollado otras importantes aportaciones a la educación en México: la Campaña Nacional en contra del Analfabetismo, la creación del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, la publicación de la Biblioteca Enciclopédica Popular, la creación del CAPCE, comité encargado de la construcción de escuelas; que también merecen ser recordados, estudiados y analizados.

Por la importancia que representaba el nuevo organismo, fue duramente cuestionado, el cual tuvo como titular al novelista revolucionario Martín Luís Guzmán, seguido por un secretario general, seis vocales, 12 colaboradores pedagógicos y cinco representantes de la opinión pública que, en esa ocasión, fueron nombrados de entre los directores de los principales periódicos de la capital: La Prensa, Novedades, Excélsior, la cadena de García Valseca y El Universal.

La CONALITEG y los LTG desde su origen, como mencionamos líneas arriba, han generado diversos debates: su obligatoriedad, el laicismo que promueven y, definir quiénes han de intervenir en su elaboración, etc. En este último, cabe mencionar la participación del magisterio que ha sido amonestado y soslayado en las innovaciones del sistema educativo nacional, en este caso los LTG.

Al respecto Cecilia Laine (2001), hace referencia a las medidas implementadas por la secretaría de Educación Pública (SEP) para quienes boicotearan el proyecto.

"Los maestros que trataran de impedir el uso de los LTG editados por la SEP se exponían a cárcel, multa, destitución e inhabilitación para desempeñar puestos públicos; las escuelas particulares no escapaban a las sanciones, pues se les recordaba que la SEP podía retirarles la concesión que les había otorgado". (p. 4)

Hoy, no es diferente, los maestros siguen siendo minimizados, desplazados y olvidados, ejemplo de ello es la llamada “Alianza por la Calidad de la Educación”, signada entre el sindicato nacional de trabajadores de la educación (SNTE) y el Gobierno Federal, representado por la SEP.

En este marco, resulta imperativo mencionar el caso de “El Modelo Renovado de Telesecundaria”, en cuyas acciones se encuentra la edición de nuevos títulos, donde una vez más los maestros han sido relegados, propiciando con ello un gran número de dificultades, respecto al manejo de los contenidos y métodos plasmados en ellos.

Otro aspecto que no podemos olvidar es el técnico, en este caso, nos obliga recordar el primer tiraje que se editó, en cual constó de 16 millones, los cuales se imprimieron con gran dificultad, pues las herramientas que se utilizaron para elaborarlos, en aquel entonces, no tenían la capacidad de producción necesaria. Lo que si se tenían era una gran voluntad de proporcionar a los niños de México sus materiales educativos, por lo que el gobierno tuvo que recurrir a imprentas privadas de periódicos y revistas, así como pequeños talleres para entregar en tiempo y forma estos importantes instrumentos .

A 50 años de su aparición, se requiere que las autoridades educativas implementen mecanismos pertinentes que garanticen las aportaciones de todos los actores que tienen que ver con la educación, incluidos, los maestros, en el diseño, planeación y edición de los LTG.

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